En el libro, Prieto explora la visión de Séneca sobre temas como el poder, la justicia, la libertad, y el deber del gobernante. Séneca considera que el poder político debe estar basado en la virtud y en el servicio hacia los ciudadanos, en lugar de la mera ambición o el interés personal. Prieto señala que Séneca promueve la idea de un gobernante sabio y moderado, alguien que actúe en beneficio de la comunidad y que esté guiado por la razón y la ética. Además, Prieto analiza la influencia del estoicismo en la visión política de Séneca. Para Séneca, la filosofía es esencial para que los individuos y los líderes actúen de acuerdo con la naturaleza y la razón. Este pensamiento promueve una idea de gobierno que es justa, racional y respetuosa de los derechos individuales. Séneca también se opone a la tiranía y aboga por la clemencia y la compasión como cualidades esenciales en el liderazgo.