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Es habitual leer en la literatura sobre adolescencia que la realización de conductas ilícitas durante este periodo es más habitual y frecuente de lo que pudiera deducirse de las estadísticas . Resulta hasta cierto punto normal que el menor en dicho periodo vital manifiesta su rebeldía cometiendo infracciones más o menos graves: insulto, amenazas, gritos, secciones desproporcionadas, comportamiento violentos... Es lo que están acostumbrado quienes habitualmente se relacionan con adolescentes. Si la conducta del menor traspasa los a veces este nos limite entre los comportamientos propios de la edad y aquello tipificado como delito nos veremos abocados a la institucionalización de la respuesta y el etiquetamiento del menor como delincuente juvenil. |