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El tema de la bioética es, no cabe negarlo, un tema de moda. Constantemente surgen situaciones imprevistas que atraen el interés de la opinión pública y suscitan interrogantes para los que el Derecho y la moral -se dice- no parecen tener respuesta. Muchos piensan por ello que lo único posible es el cambio constante del Derecho, de las leyes (para adaptarse a las nuevas circunstancias), y la flexibilización -cuando no la claudicación- de los principios éticos.
Manuel Atienza trata de dar una respuesta a partir de una concepción del Derecho crítica con el formalismo legalista. Desde esta perspectiva, nos dice el autor, “los problemas de la bioética son, en lo esencial, problemas de argumentación; o sea, lo que se necesita en este campo es, sobre todo, un método de discusión, un procedimiento que nos permita llegar a acuerdos razonables a través de un intercambio de razones capaz de eliminar las malas razones y las que parecen buenas pero no lo son”. |