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En la obra se resumen, de una parte, la historia y la epopeya de aquellos conquistadores de almas que fueron los Jesuítas en Chiquitos y la del pueblo arrancado de la selva y del nomadismo para conformar la sociedad civil-religiosa que fueron las Reducciones y, de otra, la no menos heroica labor de frailes europeos y laicos indígenas, de profesionales, técnicos y artesanos, que siguiendo la huella del casi mítico constructor del siglo XVIII, rehicieron, repararon, levantaron, techaron y repintaron el viejo templo misional.
Templo y libro son joyas que nos enorgullecen. el uno, junto a sus congéneres de San Miguel y santa Ana, de San José, San Javier y San Rafael, es, como o explica el Arq. Roth en el capítulo con lo que colabora una de las escasas muestras que quedan en pie de lo que fue la construcción misionera, con técnica y diseño originales y adaptados al ambiente. |