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Este proyecto tuvo su origen en una sencilla pregunta: ¿en qué casos debe una persona cooperar con otra, y en qué casos ser egoísta, en el curso de una relación que puede durar mucho tiempo? ¿Debe un amigo continuar haciendo favores a otro, que nunca se los hace a él? ¿Debe una empresa prestar diligente servicio a otra próxima a que¬brar? ¿Con qué intensidad deben los Estados Unidos esforzarse en castigar a la Unión Soviética a causa de un determinado acto hostil, y a qué normas de comportamiento deben ajustarse los EEUU para mejor conseguir de la URSS una conducta cooperativa?
Existe un procedimiento sencillo para representar el tipo de si¬tuación que suscita estos problemas. Consiste en utilizar un tipo es¬pecial de juego, llamado Dilema del Prisionero, de forma iterativa. El juego permite que los jugadores se beneficien mutuamente, al coo¬perar entre sí; pero cabe en él la posibilidad de que uno de los juga¬dores abuse del otro, y 10 explote, o la de que ninguno de los dos coopere. Al igual que en casi todas las situaciones que se dan en la realidad, los intereses de los jugadores no son estrictamente contra¬rios. Con el propósito de hallar una buena estrategia a utilizar en ta¬les situaciones, invité a expertos en teoría de juegos a presentar pro¬gramas para un Torneo Computarizado del Dilema del Prisionero,
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