El libro "Marruecos Político: Cuarenta años de procesos electorales (1960-2000)" de Bernabé López García, publicado en el año 2000 por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), ofrece un análisis exhaustivo de la evolución del sistema electoral en Marruecos durante cuatro décadas. A través de este estudio, el autor examina cómo las manipulaciones electorales, administradas por el aparato del Majzén, han influido en la política marroquí, especialmente tras la ascensión al trono de Mohamed VI en 1999.​ Resumen del contenido López García aborda la historia electoral de Marruecos desde la independencia en 1956 hasta el cambio de milenio, destacando la evolución del sistema político y las dinámicas de poder. El autor analiza cómo, durante este período, las elecciones fueron utilizadas como herramientas de legitimación del régimen, más que como mecanismos democráticos genuinos. Se profundiza en el papel del Majzén, la red de poder que controla las instituciones del Estado, y cómo esta estructura ha influido en la configuración del sistema político marroquí.​ El libro también examina el impacto de las reformas políticas y las presiones internas y externas que llevaron a una apertura política parcial en la década de 1990. Se discuten las tensiones entre la necesidad de modernización y la resistencia al cambio por parte de las élites gobernantes. Además, se aborda el surgimiento de nuevos actores políticos, como los movimientos islamistas, y cómo estos han desafiado el orden establecido.​ Conclusiones principales Manipulación electoral sistemática: Durante cuatro décadas, el régimen marroquí utilizó las elecciones como una herramienta para consolidar su poder, limitando la competencia política real.​ Rol del Majzén: La red de poder del Majzén ha sido fundamental en la configuración del sistema político, actuando como un freno a las reformas democráticas.​ Apertura política parcial: En la década de 1990, se produjeron intentos de apertura política, pero estos fueron limitados y controlados por las élites gobernantes.​ Emergencia de nuevos actores: Los movimientos islamistas comenzaron a ganar influencia, desafiando el dominio de los partidos tradicionales y planteando nuevos retos al régimen.​