Este escrito no pretende ser un retrato literario de nues¬tros viejos maestros. Se propone más bien el objetivo limita¬do de mostrar cómo algunos elementales problemas de carácter lógico y metodológico, sobre los que se ha discutido mucho últimamente en el ámbito de la ciencia de la historia y en nuestra misma disciplina, se han abierto paso en los prin¬cipios de la escuela de economía histórica 1, Y cómo los pri¬meros resultados significativos del método histórico han intentado ajustarse a ellos. Si en esto sobresalen con frecuen¬cia las debilidades del método histórico, ello depende úni¬camente de la naturaleza del problema que aquí tratamos. Mostrar semejantes debilidades puede llevarnos siempre a re¬flexionar de nuevo sobre los presupuestos generales de nuestro trabajo científico y esto debe ser la única meta de investigaciones de tal género que deben, por tanto evitar deliberadamente toda imagen global “artística” en favor de un amplio análisis de todas las cuestiones que son, o parecen ser evidentes de por sí.