¿Es posible considerar al Mercosur, hoy en día, como un nuevo modelo de integración? Ante los desafíos de la globalización de las economías, ¿constituye el Mercosur una prueba a favor de las ventajas de concentrarse en la desregulación y en la integración económica (y no en la política)? ¿Se puede concluir que este proceso de integración puede llegar a ser una pauta para futuros procesos de integración más flexibles y efectivos? Hay que tener presente que todo proceso de integración requiere de amplios consensos políticos y económicos que no son fácilmente reproducibles. En los países del Mercosur tales consensos se alcanzaron gracias a la homogeneidad cultural de la región, el escaso número de socios, Y también gracias a las experiencias de crisis vividas en la década anterior, que habían puesto en cuestión las vías de desarrollo proteccionistas y exclusivamente nacionales. Por otra parte, el Mercosur se halla aún en proceso de consolidación, lo que quiere decir que debe observársele con cautela.