En su obra "Crisis Política, Cultural e Identidad", Carlos Borth analiza cómo los procesos de cambio social, político y cultural afectan la construcción de la identidad en los contextos contemporáneos. El autor aborda la crisis desde una perspectiva integral, considerando sus implicaciones tanto en el ámbito político como cultural y cómo ambos ámbitos interrelacionan en la conformación de las identidades colectivas e individuales. Borth sostiene que en las sociedades modernas, la crisis política y cultural es el resultado de la fragmentación de las estructuras tradicionales y el impacto de procesos globalizadores, que han provocado una pérdida de certezas y un sentimiento generalizado de inseguridad. En este contexto, las identidades nacionales y culturales se ven amenazadas y cuestionadas, ya que las personas ya no encuentran en las tradiciones y en las estructuras políticas previas una respuesta adecuada a sus necesidades y expectativas. El autor destaca que la crisis de la identidad no solo afecta a los individuos, sino también a las colectividades, que atraviesan un proceso de reconfiguración en su sentido de pertenencia. Las narrativas tradicionales que antes daban sentido a las culturas y naciones se ven desplazadas, y surgen nuevas formas de entendimiento de lo que significa ser parte de un territorio o comunidad. Borth también examina el papel de la política en este proceso, señalando que las crisis políticas, como los conflictos sociales, las desigualdades, y la falta de legitimidad de las instituciones, influyen profundamente en la construcción y transformación de las identidades culturales. En este sentido, la política juega un papel clave en la manera en que las personas se reconocen a sí mismas y construyen su relación con los demás y con el Estado. En resumen, Carlos Borth analiza cómo las crisis política y cultural están estrechamente vinculadas con las crisis de identidad, sugiriendo que los cambios en la política y en la cultura alteran la forma en que las personas se ven a sí mismas y sus relaciones con el mundo. Esta reflexión está relacionada con los procesos de modernización y globalización, que desafían las estructuras tradicionales de sentido y pertenencia.