Ñeco Mejía y Rosenda (Chenda), constituyen un matrimonio que se materializa después de no pocas vicisitudes. Muy reciente a la unión conyugal viene a ser Ñeco Mejía, un poco a causa de los no muy recomendables antecedentes personales de la novia Rosenda (Chenda), y otro en razón de lo gozosa que le resulta su condición de célibe, amén de tener logrados de su pareja significativos adelantos amatorios. Mas, al final de peripecias mil, la boda Ñeco-Chenda llega a su legítima consumación que se produce después de hechos del más diverso matiz que ocupan escenarios realmente atractivos. Contra todo lo que se podía esperar, el matrimonio que más es forzado por pensiones de diverso género que por el sentimiento del amor, se prolonga en el tiempo durante medio siglo. Es a estas alturas de la vida en común, con Ñeco y Chenda en la edad provecta, que resuelven intercambiar confidencias acerca de sus respectivas infidelidades. En el repaso pintoresco de las infidelidades, la pareja llega a un salomónico "empate a tres".