Los escritos de Habermas se destacan por la importancia y la función esencial que atribuyen a la discusión con las ciencias sociales, ya sea por la recuperación y la interpretación de los clásicos o por la confrontación con autores que le son contemporáneos. Si la filosofía como tarea crítica mantiene la vocación de pensar su época, no puede hacerlo, según Habermas, sino tomando en cuenta los saberes empíricos que se han consagrado a explorar el presente histórico, incluso en la multiplicidad de sus orientaciones y particularmente en el marco de la sociología. A partir de este principio, ha desarrollado diversas estrategias de apropiación del discurso de las ciencias sociales por parte de la filosofía. Las diversas formas de concebir esas relaciones (de fundación, de cooperación o integración) son examinadas en este libro de un modo que permite captar a la vez la coherencia y los cambios en la obra de Habermas.