El delito como entendido antijurídico, que irrumpe en la ingeniería jurídica de un país que protege derechos, bienes y valores; y se instala como una institución perversa y miserable de la sociedad que ha permitido la internación de la protección de determinados bienes jurídicos y le ha dado protección legal emergente desde una razón constitucional, y el bebito precisamente el contrasentido de la protección. En tiempo de reestructuración, avance y retroceso legislativo, el código penal boliviano a lo largo de esta última década, y sobre todo estos últimos años, ha sufrido grande e importantes cambios, en lo que la política criminal ha dejado caer el peso del endurecimiento de las penas en tipos penales específicos referidos sobre todo a la protección a la niñez y a la adolescencia, delito de corrupción, delito de índole sexual, trata y tráfico, así muy discriminación, etc