Desde la crisis del año 200, pero sobre todo desde la victoria electoral de Evo Morales el 2005, la oposición política empezó a señalar que había dos Bolivia, una indígena, arcaica, subdesarrollada y pobre asentada en el occidente y otra moderna, con un mestizaje regional, exportadora y próspera, en el oriente. La polarización de estas dos naciones hacía inviable cualquier futuro en común, salvo la construcción de institucionalidades cada vez mas diferenciadas (proyecto autonómico, federalismo, gobierno binacional, separatismo.