La exigencia de un desarrollo económico acelerado se ha hecho evidente en casi todas partes del mundo, y no sólo en los programas de los dirigentes políticos sino también en la migración masiva hacia las ciudades y en las manifestaciones de agitación y descontento por parte de poblaciones a las que antes se creía inconmoviblemente apegadas a normas y métodos tradicionales de producción. Los amplios cambios de la época contemporánea no contemplan la con• veniencia de los estudiosos. Sin embargo, muchas de las transformaciones sociales que han tenido lugar a partir de la Segunda Guerra Mundial le han resultado especialmente útiles al sociólogo "comparativo", que tiene ahora acceso a zonas antes desconocidas y oportunidad de observar rápidas transiciones en su curso real. El aumento de interés por el estudio de las zonas en desarrollo se debe probablemente en mayor grado al curso de los acontecimientos que a la evolución de la sociología académica. No obstante, la innegable atracción que ejerce esta especialidad tiene tanto razones científicas como otras más prácticas que constituirán el tema principal de este trabajo. La primera de esas razones científicas es precisamente la posibilidad de realizar estudios comparativos en una escala sin precedentes. Este interés tiende a ser cada vez más intenso: a medida que se realizan más estudios loca• les, aumentan las oportunidades para establecer las características comunes de los procesos de desarrollo, y para descubrir las diferencias vinculadas con la época y el lugar. Se les presenta así a los sociólogos una especie de "replicación secundaria" que les permite verificar los efectos de estas variables y determinar su importancia. Además, disponiendo de suficientes datos como parativos es posible elaborar tipologías, que sirven al teórico en ausencia de generalizaciones y le evitan el remitirse nuevamente a los casos concretos.