Es importante aprender métodos y técnicas de investigación, pero sin caer en un fetichismo metodológico. Un método no es una receta mágica. Más bien es como una caja de herramientas, en la que se toma la que sirve para cada caso y para cada momento. Una herramienta se usa tanto cuanto se necesita para alcanzar determinados objetivos. Seamos metódicos en nuestra forma de actuación. es decir, organizados. Sistemáticos• y lo más rigurosos posible, pero no transformemos "los preceptos del método en recetas de cocina científica o en objetos de laboratorio", como nos advierte Bourdieu. La sumisión de lo real a lo metodológico (lo mismo podríamos decir a la teoría), conduce al desprecio de los hechos y procesos que se dan en esa realidad, y la realidad falsamente maneja¬da, siempre toma venganza. Por otra parte, no hay que ignorar a la realidad en su movimiento y en su dinámica, con todo lo que ella tiene de desorden y de imprevisto. De ahí que toda aplicación rígida y mecánica de un método, es un modo "no metodológico" de emplearlo. .