Esta es una obra clásica del pensamiento sociológico del siglo XX. Weber la escribió en 1904-1905, inmedia¬tamente después de la larga y grave crisis en que estuvo sumido desde la muerte de su padre. Esto ha llevado a interpretar La ética protestante y el espíritu del capitalis¬mo como el resultado de una catarsis, mediante la cual Weber habría vehiculizado parte de su complejo mun¬do emocional, desgarrado por lealtades antitéticas hacia la figura del padre y de la madre (conflicto entre la ética del deber y la ética de la libertad, entre el autori¬tarismo del padre y el amor de la madre -pero tam¬bién entre el hedonismo de uno y el ascetismo de la otra-, etc.). La ética protestante no es, sin embargo, una obra que esté únicamente connotada por esta vehiculización de sentimientos subjetivos (y sería bien poca cosa si sólo fuera esto). Es, además, la obra en la que Weber forjó algunos de los elementos esenciales de su metodología y en la que se inclinó de modo definitivo por la investi¬gación sociológica y por la sociología de la religión co¬mo tema de interés predominante en su trabajo. Y por si fuera poco, es la obra más difundida de Weber, a causa de la originalidad de sus planteamientos y de las controversias de que fue objeto desde su primera edición (controversias alas que weber respondió en la edición de 1920 de La ética protestante redactando abundantes notas a pie de pagina)