Cruzaron el océano hacinados en barcos de carga, caminaron miles de kilómetro bajo calores y fríos intensos, muchos de ellos murieron producto de una peste, pero otros se establecieron en Okinawa y formaron una comunidad que se dedicó a las labores agrícolas, enfrentaron muchas dificultades, como sequías e inundaciones pero en base a su tenacidad y espíritu de lucha superaron las vicisitudes con estoicismo.