La elevada liquidez y las bajas tasas de interés imperantes en los mercados mundiales, llevó a los bancos internacionales a buscar mayor rentabilidad y utilizar procedimientos agresivos para la captación de clientes en los sectores de crédito hipotecario y de consumo, dando origen a la proliferación de las denominadas hipotecas subprime. Estos créditos son aquellos que se conceden a clientes con escasa solvencia o con pocas garantías para hacer frente al pago de deudas, y sin evidencia de la sostenibilidad de la fuente de repago.Esta clase de préstamos derivó a la postre en la grave crisis inmobiliaria que hasta hoy está afectando a Estados Unidos, con repercusiones en todo el sistema financiero mundial, dado el ámbito de globalización en el que se encuentran todas las economías. Al amparo del aumento de los precios de los inmuebles se originó una mayor demanda en el sector inmobiliario.