Los pueblos y las sociedades tienen memorias débiles que es preciso fijar y contribuir a definir dentro de los imaginarios sociales, como factores necesarios y fundamentales en la construcción de nación, de referente de identidad y de sentidos de pertenencias. Esto es parcialmente importante en el momento actual en el que experimentamos la globalización informática y económica y la mundialización de la cultura, por lo cual nos vemos inundados de nuevas avalanchas de información visual global en el tiempo real, que afecta intensamente el conocimiento, los contenidos y los sentidos de los habitantes de este país.