La iglesia y el convento de San Francisco en la ciudad de La Paz son construcciones que datan de los años 1549 y aunque fueron reconstruidas, reformadas y reedificadas en repetidas ocasiones, tanto la iglesia como su convento han sido y siguen siendo testigos mudos de nuestra agitada historia. Aquí, en su atrio, en la plaza que se extiende delante, en cada uno de los altares del templo o en los claustros del convento -en las orillas mismas del emblemático río Choqueyapu ahora entubado- se han sucedido momentos, quien sabe, dolorosos dramáticos, victoriosos, misteriosos, felices y hasta festivos. Todo esto en tantos siglos que han pasado y que estas piedras talladas, las columnas y los retablos han visto pasar impasibles. Es como si habláramos del corazón mismo de la ciudad de La Paz.